Una muestra del impacto social que ha alcanzado Google en la sociedad de la información, es su incidencia en el terreno del lenguaje. En Inglés se ha llegado incluso a afianzar el uso de Google como verbo, para referirse a la acción de realizar una búsqueda de información a través del buscador. Según el artículo de la Wikipedia, el término fue incorporado en 2006 en diccionarios de prestigio como el Oxford English Dictionary o el Merriam-Webster Collegiate Dictionary. ¿Cuál sería su equivalente en castellano? La forma más extendida parece ser guglear, pero me parece difícil que llegue a ser admitida por la RAE.
Pero hay otros muchos neologismos en la lista de problemas para los traductores hispanohablantes. Se habla de Googlization, Googleshare y Googlefamous. O el término Googler, que puede referirse tanto a los empleados de esta empresa como a los aficionados y usuarios expertos en el manejo del buscador.
Otros neologismos proceden de la jerga referida a las estrategias utilizadas para intentar mejorar el pagerank de un sitio web en el buscador: Googlebait, Googlebombing (Google bomb) o Googlewashing.
Además de la incidencia lingüística, otra muestra del impacto de Google es que existen múltiples iniciativas externas que se apoyan sobre la potencialidad del buscador. A modo de ejemplo, TouchGraph Google Browser es un programa de representación gráfica que analiza las relaciones entre sedes web, a partir de una palabra o una URL. Trabaja sobre la base de los enlaces que aporta el buscador como “sitios relacionados”, y ha sido desarrollado por la empresa TouchGraph. Otro ejemplo: Simply Google, un interfaz de usuario que integra diferentes opciones del buscador.
Uno de los aciertos de la red de recursos de Google para expandir su inserción social, ha sido crear elementos de apoyo a la comunidad de webmaster. Muchos de estos servicios son de interés para cualquier persona implicada en el mantenimiento de los contenidos en sitios web, y por tanto sería interesante para todo documentalista conocer a fondo estas herramientas. Por supuesto, hay que citar el servicio de estadísticas de Google Analytics. Pero hay mucho más, por ejemplo, es poco conocido que existe una página en la que podemos consultar la situación de una web en el buscador, para conocer por ejemplo la fecha exacta de la última vez que el robot realizó la indización de sus páginas.
Detrás de Google hay un extraordinario equipo de trabajo, una filosofía de adaptación a los usuarios y un ritmo continuado de innovación. Para profundizar en su modelo de trabajo puede releerse el interesante reportaje publicado por Patricia Fernández de Lis en El País, en enero de 2007. La compañía se autodefine como “centrada en el usuario”, y para ello dedica notables esfuerzos para analizar su comportamiento en las las búsquedas. A través de los servicios como la barra de herramientas insertada en el navegador, Google almacena datos personales que permiten conocer los gustos y necesidades de individuos concretos. La empresa justifica esta estrategia como la base para construir un salto cualitativo importante en él futuro del buscador: la personalización de resultados a la medida de cada usuario.
Pero esta política también ha despertado el recelo de muchos internautas. El Observatorio GoogleWatch, muestra las principales campañas y argumentos contra el poder de manipulación y control que puede ejercer esta compañía, al haberse hecho con un auténtico monopolio internacional de las búsquedas en Internet. La polémica está servida y acompañará la evolución futura de las herramientas de Google. En el campo de las críticas, resulta llamativa la reacción irónica de la Iglesia de Google, la entronización del “Guguelismo” como la nueva religión.
Gentileza de http://blog.sedic.es/
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