La piel es un material que aporta un toque distintivo y de calidad en nuestro hogar. Este elemento también está presente en los sofás, los sillones e, incluso, los libros antiguos encuadernados. Uno de los principales problemas al trabajar con piel es el riesgo de decoloración que puede causar el producto de limpieza.
La piel es muy sensible
La piel es muy sensible
Al restaurar libros muy antiguos que estén estropeados, debemos trabajar con mucho cuidado y delicadeza. La humedad y el paso del tiempo suelen ser las causas más comunes que hacen que la encuadernación de un libro pierda su brillo.
Si el libro sólo está sucio, y no estropeado, basta con pasar un trapo empapado en esencia de trementina para limpiarlo. Si la mancha es más grande y rebelde, hay que utilizar un producto específico para la limpieza de las pieles.
Mucho cuidado y minuciosidad al trabajar
Tras limpiar las manchas, debemos nutrir la piel que esté envejecida. Asimismo, debemos utilizar leche de mantenimiento o crema de lanonina. Nunca debemos nutrir la piel con cera, ni siquiera incolora, puesto que estropearía la cubierta del libro.
El paso a paso para limpiar libros antiguos lo exponemos a continuación:
1. Lo primero que hay que hacer es limpiar el polvo. Lo haremos con un cepillo y será un trabajo minucioso, ya que debemos empezar por el lomo, la portada, el reverso, e incluso, página por página.
2. Después, frotaremos la encuadernación con una esponja algo húmeda o con una gamuza, con mucho cuidado.
3. A continuación, proseguimos la limpieza con una esponja limpia o un algodón humedecido en jabón. El jabón que sobre, debemos eliminarlo con una gamuza seca.
4. Por último, retocamos la encuadernación. Para ello, podemos ocultar los defectos y los puntos en los que la piel está rasgada o pelada con un rotulador o una tinta líquida aplicada con un bastoncillo de algodón.
Los insectos, otro enemigo
Otro de los aspectos con los que tenemos que luchar a la hora de conservar nuestros libros antiguos son los insectos. Para eliminar los llamados pececitos de plata o lepismas, que abundan en la piel de los libros y que viven de la humedad, debemos poner unas ramas de tomillo cerca o un vaso lleno de aceite con esencia de tomillo.
Las polillas son otros invertebrados que pueden atacar la encuadernación de nuestros libros. Para protegerlos hay que guardar el libro en una caja con formol o insecticida en un recipiente durante varios días.
Estos pequeños consejos y trucos, nos ayudarán a restaurar nuestros libros y también contribuirán a que éstos, a pesar del paso del tiempo, sigan conservando un aspecto radiante, como si hubieran sido adquiridos recientemente.
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