“Bibliotecología en Chile: ¿Qué se piensa? ¿Qué se hace?”.

Autora

Leslie Villanueva F.

Bibliotecóloga Documentalista

Centro Documentación Universidad Gabriela Mistral, Providencia Chile

Ciertamente en el mundo actual, la ciencia de la Bibliotecología se ha ido desarrollando en la medida en que la economía, la educación y la cultura de un país determinado invierte en ella. En Latinoamérica principalmente, esta ciencia se desarrolla de maneras y formas muy distintas en los diversos países que la componen; en Chile su desarrollo aún está en pañales. Si hacemos un recuento y sacamos cuentas de cual es su estado actual en nuestro país, podemos sacar cifras azules y rojas.

Cifras azules en cuanto a la aplicación e inserción de herramientas tecnológicas como Internet en la disciplina, lo que ha creado espacios para el debate, actualización e interacción profesional entre los colegas bibliotecarios chilenos, convirtiéndose en comunidades virtuales que acogen todo tipo de opiniones acerca de Bibliotecología, Ciencias de la Información, Documentación, Archivos, Bibliotecas, Unidades de Información, Gestión del Conocimiento, Gestión Documental, entre muchos otros.

Cifras azules en cuanto a iniciativas en los servicios bibliotecarios, como lo son las exitosas experiencias, y modelos a seguir de la DIBAM (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos) que, con proyectos como biblioredes, bibliometro, el casero del libro, un libro para sanarme, bibliotrenes, buses culturales, la bibliolancha, entre otros; han llevado a las bibliotecas a donde el “público” lo necesita.

Cifras azules en cuanto al incremento de instancias de reunión, seminarios, congresos o cursos de capacitación, tales como las Jornadas regionales, que tienen como propósito dar a conocer y compartir con la comunidad bibliotecaria los desarrollos y experiencias en el contexto de la Sociedad de la Información; El Congreso Internacional de Bibliotecología, evento anual que reúne a gran parte del mundo de la Bibliotecología, con el fin de entregar importantes herramientas al quehacer cotidiano del profesional de la información, en su continua formación y actualización teórica y empírica en el contexto de la Bibliotecología, la Documentación, archivística, etc.

De la misma manera, cabe destacar el nacimiento de una nueva oportunidad de abrir espacios para el diálogo y la reflexión en torno a la labor de las bibliotecas públicas chilenas como es el Congreso de bibliotecas públicas, en el cual asisten encargados, funcionarios, especialistas y referentes nacionales e internacionales de las bibliotecas públicas (http://www.congresodebibliotecaspublicasdechile.cl/).

Por otro lado, desde el año 2005 que también se realiza el Seminario de Capacitación para encargados de Bibliotecas Publicas y Escolares, que tiene como objetivo impulsar la complementación de los modelos entre las Bibliotecas Públicas y los Centros de Recursos para el aprendizaje (CRA) en torno a la capacitación y desarrollo de competencias de los encargados de estas unidades de información en torno a dos temas: Animación a la lectura y Desarrollo de Habilidades de Información. Sin duda que estos espacios contribuyen a hacer una mejor profesión y a desarrollarnos más en nuestras competencias.

Es un comienzo tal vez un poco lento, pero comienzo al fin y al cabo que esta creciendo y ampliándose. Así como el análisis FODA o DAFO es una herramienta que permite conformar un cuadro de la situación actual de la empresa u organización, en la Bibliotecología chilena tenemos variadas fortalezas y oportunidades. Sin embargo también debilidades y amenazas. Una cifra roja que es alarmante en la profesión en Chile, es la falta de investigación científica y publicaciones al respecto.

A través de un viaje por la web pude constatar de la existencia de revistas de bibliotecología, pero son mínimas en cantidad en relación a otros países. El mismo caso pasa con la publicación de libros, la literatura “chilena” de bibliotecología es escasa.

Otra cifra roja importante de mencionar es el número de Escuelas de Bibliotecología y Ciencias de la información que hay en país, que a diferencia de otros lugares de Latinoamérica, esta por debajo del nivel normal. Además la educación bibliotecológica es absolutamente centralizada geográficamente hablando (Valparaíso y Santiago), limitando a aspirantes y contribuyendo al desconocimiento de la carrera. Actualmente existen 3 universidades que imparten la carrera profesional y 2 instituciones que imparten el Técnico Bibliotecario.

Si bien he nombrado algunas falencias y fortalezas de la bibliotecología chilena de hoy, estoy segura que han de haber quedado muchas en el tintero, y que necesitan mejorarse o ser reconocidas dependiendo del caso. Sin embargo es importante saber quienes somos, que herramientas tenemos, mirar hacia atrás para hacer cambios; he visto como estudiantes universitarios de la carrera y profesionales también, desean hacer y ser partícipes de la construcción y promoción del liderazgo del bibliotecario en la era de la información; las ganas están presentes sólo falta motivación y fuerza para llevar adelante cosas nuevas en pro de nuestra vocación.

Estamos más conscientes de lo que tenemos y lo queremos para nuestra profesión en Chile, tenemos arduas y grandes tareas por delante, como la creación de más escuelas de bibliotecología, incentivar investigación científica en el área de la ciencia de la información y la documentación, crear mas canales para la especialización de forma óptima de acuerdo a las necesidades informacionales chilenas, crear más conciencia de nuestra valoración profesional tanto entre el propio gremio como en la sociedad en general, etc. Es por ello que la invitación queda extendida a investigar, motivar y ser más para que bibliotecología de hoy sea mejor que la de ayer.